Las formas setiembre y otubre se han utilizado toda la vida como alternativas a septiembre y octubre, ya que muchas son las palabras latinas que históricamente se han simplificado. Son por consiguiente perfectamente válidas, aun cuando otubre apenas se utiliza ya: la RAE la señala como voz en desuso, lo que no quita que sea correcta pero insta a usar la alternativa octubre. El uso más generalizado de setiembre se debe eminentemente a que a este mes se lo conoce en gallego como setembro y en catalán como setembre.
Evidentemente es mejor hacer uso de septiembre y octubre, pero, ya que estas palabras derivan de siete y ocho, respectivamente (antes de la introducción de los meses de julio y agosto, tenían esa posición en el calendario), no podemos cuestionar a nadie que opte por su uso.