'Subir arriba', 'entrar dentro' y otros pleonasmos redundantes que vi con mis propios ojos

La palabra pleonasmo proviene del griego pleon (más numeroso) y de pleonasmos (superabundancia) y consiste en utilizar el lenguaje con redundancia.

Así, expresiones como “ver con mis propios ojos”, “subir arriba”, “bajar abajo”, “entrar dentro”, “hoy en día” o “verlo por mí mismo” incluyen elementos reiterados. ¿Qué aporta el dentro a entrar? ¿Acaso se puede entrar hacia fuera?

El pleonasmo está aceptado cuando sirve para enfatizar el significado de la frase. Así, aunque sería extraño encontrar a alguien que viera las cosas con los ojos del vecino, la expresión “ver con mis/tus/sus propios ojos” tiene validez cuando se quiere hacer hincapié en ello. Por tanto, no diríamos “Fui al cine y vi la película con mis propios ojos”, pero sí “¡Se estaban besando! Lo vi con mis propios ojos”.

No obstante, cuando el pleonasmo es mera redundancia y no aporta nada al entendimiento de la oración debe evitarse. Este es el caso de “volver a reiniciar/reincidir”, pues reiniciar significa “volver a iniciar” y reincidir significa “volver a incidir”, es decir, ambas palabras ya incluyen en su significado el “volver a”. Del mismo modo, no debe añadirse el adjetivo “pequeño” a palabras como vaquilla, bebé o minicar, que llevan implícito dicho significado.

Considerando el poco tiempo que tiene hoy en día la mayoría de la gente para leer, lo mejor es escribir de la forma más breve posible, con lo que los pleonasmos deben evitarse siempre que se pueda. Como curiosidad, el programa Word elimina directamente la palabra arriba si la escribimos a continuación de la palabra subir. Y es que todavía no se ha encontrado a nadie capaz de subir para abajo.

EJERCICIOS

¿Qué palabras sobran?

● El ordenador no funcionaba, así que volví a reiniciar.
● Me buscan a mí y no a ti.
● Bajé abajo para ver mejor.
● ¡Es cierto! Lo vi por mí mismo.
● Ayer yo me compré un bañador.

SOLUCIONES

● El ordenador no funcionaba, así que reinicié.
● Me buscan a mí y no a ti.
● Bajé para ver mejor.
● ¡Es cierto! Lo vi por mí mismo.
● Ayer me compré un bañador.

Como veis, dos de las oraciones han quedado inalteradas porque, aunque contienen elementos reiterantes (si “me buscan”, tiene que ser “a mí” y si “lo vi” tiene que ser “por mí mismo”), hacen uso de éstos para enfatizar el significado. Sin embargo, la desaparición de las demás palabras no ha alterado en absoluto el significado de sus correspondientes oraciones. De todos modos, el pleonasmo es muy subjetivo, con lo que en muchos casos corresponde a nosotros decidir si la redundancia es necesaria o no.

Por cierto, el propio título de este artículo contiene dos pleonasmos, ¿os habéis fijado?

La recomendación del día es para Ana Mª Matute, fallecida la pasada noche a los 88 años.