Por petición
de la seguidora del blog Alejandra, hoy voy a dedicar este artículo a un tema
bastante curioso. ¿Por qué escuchamos expresiones como “No me toques las
narices” o “Cubrirse las espaldas” si tan solo tenemos una nariz y una espalda?
¿Es esto correcto? Pues sí, aunque el ser humano solamente tiene una nariz y una
espalda, las expresiones coloquiales que
emplean narices y espaldas son correctas.
¿Por qué? Me
temo que para entenderlo, tenemos que recurrir al origen del castellano: el
latín. La palabra nariz viene del
latín naris (orificio nasal). Por su
parte, la palabra espalda viene del latín spatula
(omóplato). Tenemos una nariz y una espalda o, lo que es lo mismo, dos
orificios nasales y dos omóplatos. Puesto que nariz viene de “orificio
nasal” y espalda de “omóplato” es
corriente encontrar expresiones como “lo tienes delante de tus narices” o “estaba
hablando a mis espaldas” y, en general, son correctas.
Pero no os
confundáis. Estos casos son correctos porque emplean los vocablos narices y espaldas con sentido figurado. Es decir, “no me toques las narices”
significa “deja de fastidiarme” y “cubrirse las espaldas” significa protegerse,
al contrario que “no me toques la nariz” y “cubrirse la espalda”, que
significan exactamente lo que expresan. Cuando estamos hablando de las partes
del cuerpo correspondientes a la nariz y la espalda, debemos emplear la forma
singular.
Por cierto, “tumbarse
de espaldas” y “salir de espaldas” también son expresiones del lenguaje y se
emplean en plural, ya que, si bien éstas sí están relacionadas con la espalda
como tal, son meras formas de afirmar “tumbarse boca arriba” y “salir dado la
vuelta”.
EJERCICIOS
¿Singular o plural?
● Me duele(n) la espalda/las espaldas
● Me tumbé en
el césped de espalda/espaldas.
● Intenta no
tocarme la nariz/las narices, que la(s)
tengo sensible(s).
● Hacía un frío
de nariz/narices.
● Jorge vive de
espalda/espaldas a la realidad.
SOLUCIONES
● Me duele la espalda.
● Me tumbé en
el césped de espalda/espaldas.
● No me toques la nariz, que la tengo sensible.
● Hacía un frío
de narices.
● Jorge vive de
espaldas a la realidad.
Así que ya
sabéis. Sólo tenemos una nariz y una espalda, pero, cuando empleamos
expresiones coloquiales, podemos decir narices o espaldas con el respaldo
de la RAE. Y todo se debe a la siempre interesante etimología.