El laísmo supone el uso de los pronombres la y las
en lugar de le y les con función de complemente indirecto para el género femenino. Se
trata de un error bastante extendido en algunos dialectos del castellano, pese
a que la RAE se pronunciara contra él hace más de 200 años, concretamente en
1796. Así, el complemente indirecto se escribe siempre con le y les, tanto si se
trata de un objeto masculino, como si este es femenino.
Por tanto, debemos decir “le di la cuchara” en lugar de “la
di la cuchara” y “les abrí la puerta” en lugar de “las abrí la puerta”. ¿Por
qué? Pues porque en estos casos cuchara
y puerta son complementos directos y le y les
son complementos indirectos. Sin embargo, diremos “la vi por la calle” en lugar
de “le vi por la calle” porque en este caso no hay complemento indirecto.
Pero ¿cómo distinguir el complemento directo del indirecto?
Pues comprendiendo que un complemento directo puede convertirse en sujeto de la
frase y un complemente indirecto no. Así, la oración “abrí la puerta” tiene
sentido por sí sola, pero la oración “les abrí” carece de ella. Esto se debe a
que “la puerta” es el complemento directo y “les” el complemento indirecto. Y
ese es el motivo por el que no podemos sustituir les por las. (Para más
información al respecto, consultad mi artículo “Diferencia entre complemento directo y complemento indirecto”).
EJERCICIOS
¿Le(s) o la(s)?
● ¿No le/la ofreciste nada de beber?
● Cuando le/la vi,
le/la saludé.
● No entiendo qué es lo que le/la ves.
● Le/La di un
regalo.
● ¡No le/la soporto!
SOLUCIONES
● ¿No le ofreciste
nada de beber?
● Cuando la vi, la saludé.
● No entiendo qué es lo que le ves.
● Le di un regalo.
● ¡No la soporto!
De todos modos, este es un asunto difícil de corregir,
porque, obviamente, nadie se pone a pensar en complemento directos e indirectos
al hablar. Y si vivís en Madrid, Palencia o Santander, me temo que lo tendréis
especialmente difícil para huir del laísmo… Pero, si os lo proponéis, le
pondréis solución. Aquí tenéis la teoría, lo demás depende de vosotros.