¿Hay pleonasmo
en frases como “No tengo nada”, “No vino nadie” o “No tengo ninguna duda”? ¿No
sería más correcto decir “Tengo nada”, “Vino nadie” y “Tengo ninguna duda”? A
fin de cuentas, nada es lo que tengo, nadie vino y ninguna duda poseo.
Pues no,
porque el lenguaje castellano funciona con la doble negación, con lo que
podemos emplear no en compañía de nada, nadie, ninguna, nunca, tampoco, etc. siempre y cuando estas partículas vayan después del
verbo y no delante del mismo. Es decir, podemos decir “Nunca voy al cine” o “No
voy nunca al cine”, pero no “Nunca no voy al cine” o “No nunca voy al cine”.
Por tanto,
vocablos como nada, nadie, ninguna, nunca o tampoco, no sólo no restan sentido al no, sino que lo refuerzan. Por ejemplo “No
tengo ningún coche” es más potente que “No tengo coche” (aunque, a fin de cuentas,
ambas oraciones significan lo mismo). En general, la doble negación está bien
empleada, salvo por aquellos que empiezan a preguntarse por qué la utilizan.
Así que ya sabéis: no le deis más vueltas y emplead la doble negación con
naturalidad, ¡porque es un elemento clave de nuestro idioma!